Hay cuentos hermosos, que nos hacen reflexionar sobre aspectos de la vida y de nuestro sentir de una manera mágica. Y luego hay cuentos que nos hacen ver lo que no somos capaces de ver o que nos obligan a tener bajo nuestros ojos algo frente al que a menudo damos la espalda: el dolor ajeno. El iglú nos lo cuenta con una claridad escalofriante.
El iglú
Autor: Jesús López Moya, Zuriñe Aguirre
Editorial: Bookolia
Edad recomendada: a partir de 5 años
Trama
De repente un iglú apareció en medio de la calle. Al principio la gente se mostró interesada y quería saber de que se tratara, tenía miedo, tenía curiosidad. Pero cuando vieron que ese objeto no constituía ningún peligro, dejaron que su vida siguiera tan tranquila como siempre. Solo un niño se preguntaba si podía haber alguien allí, alguien que necesitara ayuda, pero al expresar su preocupación le dijeron que no tenía que preocuparse de nada, porque de nada había que preocuparse.
Contenidos y valores
La lectura de este cuento fue una ducha fría. Me dejó helada. Y me enamoró. El iglú es uno de esos álbumes que se atreven a contar, que ponen palabra al silencio, que gritan muy fuerte el disgusto que tenemos a que, en la sociedad en la que vivamos, la actitud que prevalece sea la de mirar para el otro lado frente a los problemas y el dolor ajeno.
Al principio hay muchas preguntas, dudas, miedos. Pero finalmente todo se resuelve en ciega indiferencia.
Lejos de sumarse a la indiferencia, Jesús López Moya lanza una crítica dura y necesaria a través de este álbum, que denuncia no solo la forma en la que vivimos, sino también la forma en la que estamos creciendo a las nuevas generaciones: en el silencio, en la ignorancia, en el desprecio de las necesidades y de los problemas del otro. Sí, porque en el iglú hay una familia, atrapada en la indiferencia, una familia invisible que sufre, privada del acceso al mundo, a la vida.
Las caras de dolor de la familia atrapada en el iglú es impactante. Y es evidente que da igual la razón por la que esa familia está allí: cualquiera que sea es injusta, inhumana, inaceptable. Una representación evidente de la violación de los derechos humanos.
Este álbum es el retrato de una sociedad globalizada solo a nivel superficial, que se mueve con cinismo, cuidando solo su pequeño entorno, los afectos más próximos, y que antepone la apariencia a la sustancia. Eso viene a representar la figura de la periodista que aparece para buscar el scoop, la noticia, y que termina por animar a la gente del pueblo a sacarse una foto – con una sonrisa a treinta y dos dientes- al lado del iglú, como si de un trofeo de caza se tratara.
El iglú es un grito, un grito silencioso que demasiadas veces muere en los labios de la gente. Un grito que el pequeño niño que presencia todos los acontecimientos, no consigue dejar callado en su consciencia: no consigue quedarse tan tranquilo como todos los demás frente a ese iglú.
Las personas que deberían ayudarle en su inquietud escuchándole y mirando las cosas desde su punto de vista- l@s adult@s, el policía, la periodista, su maestra- solo le acallan, solo le enseñan a no hacerse demasiadas preguntas, a aceptar las cosas como son, sin buscar esas respuestas que nuestro instinto demanda.
Y así la vida sigue igual, todo sigue igual, y mientras en el mundo aumenta el egoísmo, el desprecio, el racismo.
Pero aún así, ese niño parece no ser capaz de silenciar su instinto y hace que este cuento se cierre con una ligera luz de esperanza en el mundo de mañana.
Esta historia me ha tocado en el profundo: creo que de haberme encontrado este cuento de pequeña no me hubiese separado de él nunca. Y esto porque expresa una situación real que no reconocemos, que no hacemos nada por cambiar, pero que sabemos existir. Es un libro que quiere mover nuestra consciencia, quiere que nos activemos, que rompamos el muro del individualismo y que nos demos cuenta que es responsabilidad de todos la infelicidad y la injusticia que padecen en muchos.
Ilustraciones
La elección del iglú como elemento que representa la separación entre un mundo y otro, no podía ser más acertada: esa idea de frío y de aislamiento que nos trasmite ese bloque de hielo es absoluta. Y Zuriñe Aguirre ha complementado este elemento con unas ilustraciones que hacen aún más tangible esa situación. La paleta de color que retrata la familia encerrada en el iglú ha sido elegida usando tonos fríos, que nos hacen sentir aún más la privación del calor vital, de la alegría de vivir, en contraste con el colorido ambiente externo, donde los colores cálidos son dominantes.
Para qué y para quién
Un álbum para tod@s. Un álbum que considero obligatorio en cualquier colegio e instituto, un álbum que puede dar pié a increíbles reflexiones sobre la paz, la diversidad, las injusticias, la indiferencia, la falta de empatía, el egoísmo.
El iglú no podía faltar en La Cuentería, donde escuchar al otro es considerado el pilar de una sociedad sana y equilibrada.
Si quieres hacerte con este álbum puedes hacerlo aquí y además de llevarte una joya, podrás sostener este proyecto de Literatura Respetuosa.
