En la zona donde vivimos hay carrascas por doquier, y una de las pasiones de Serena es justamente la de recoger bellotas. Las usa en sus pócimas, para preparar comidita, para hacer regalitos, para guardar en su cajita de los tesoros. Así podéis imaginar la ilusión con la que quise incorporar Jaime y las bellotas a nuestra biblioteca. Pero no podía saber el regalo tan grande que nos esperaba, ya que su primera lectura se dio en una circunstancia muy especial que ahora os contaré.

Jaime y las bellotas
Autor@s: Tim Bowley, Inés Vilpi
Editorial: Kalandraka

Edad recomendada: a partir de 3 años

Trama

Jaime fue plantando bellotas a lo largo de su infancia, algunas se convirtieron en la comida de las cabras, otras llegaron a ser arbolitos pero sus ramas se rompieron cuando los niños se colgaron de ellos para jugar, otra se convirtió en un enorme carrasca de las que caen centenares de bellotas.

Contenidos y Valores

Ya sabéis lo mucho que aprecio los cuentos con historias sencillas y elementos acumulativos o repetitivos en los que aparecen pequeñas variantes que hacen evolucionar la historia. Y esto es justamente lo que pasa en Jaime y las bellotas. Los elementos de las variantes están a cargo del texto y contemporáneamente de las ilustraciones en una manera absolutamente sincronizada y equilibrada.

 

Jaime va plantando bellotas y, aunque no le veamos nunca en el momento de plantar la bellota, descubrimos según va avanzando la historia que plantó muchas bellotas en su infancia y que algunas han germinado y han tenido un destino más corto o más duradero hasta transformarse en una enorme y hermosa carrasca.

Con una historia sencilla nos encontramos a reflexionar de manera directa e indirecta sobre la frustración, la diferencia entre nuestras expectativas y lo que realmente acontece, así como alrededor de la perseverancia, la fe en a vida, en que un sueño siempre puede hacerse realidad. 

Pero no solo eso nos hace sentir este cuento. Sentimos vibrar las cuerdas más profundas del ciclo de la vida: desde la semilla, al brote, al pequeño arbusto, hasta llegar a un árbol maduro que puede a su vez sembrar la vida y alimentar ese círculo infinito. Y en paralelo vemos crecer a Jaime -dejando todo ese aspecto de la narración a cargo de la ilustración- que no deja de aparecer sonriente, confiando en la grandeza de la vida, viendo como cada una de las semillas que él plantó tiene su desarrollo y su crecimiento.

En nuestra familia hemos compartido la lectura de este álbum en un momento muy especial: al finalizar una de nuestras reuniones familiares, que tenemos siempre que alguno de nosotr@s tenga la necesidad de hablar a toda la familia. En esa reunión hablamos de la importancia de apostar el uno por el otro, de hacer equipo, de aportar todo lo posible para que los sueños de los demás se cumplan, sin dejar de lado en ningún momento los nuestros propios.

Un compartir la belleza de la vida y de sus regalos a través del dar que siempre es un recibir, porque así de generoso es el universo en el que vivimos. Con esa mirada leemos este cuento y nos sentimos amparados en el mundo pese a que en él haya conflictos y luchas de poder, y discusiones inútiles que nos puedan desmoralizar y hacer que no confiemos en las personas que lo habitan.

Emerge la fuerza de la esperanza, una mirada positiva que nos impulsa a confiar en un mañana en el que podamos disfrutar de esa cercanía, esa amistad, esa felicidad compartida que da el sentido a la vida misma, tal como llegó a entender Christopher Mc Candless, cuando pocas horas antes de su muerte escribió en su diario “La felicidad solo es real si compartida”.

Ilustraciones

Inés Vilpi la descubrí con el impresionante álbum Canciones y palabras (por cierto si no lo conocéis échenle un ojo!). La expresividad del protagonista de la historia es sensacional y la tranquilidad que se respira en cada página es brutal. Quien sabe ilustrar las sensaciones en una manera tan tangible merece toda mi admiración!

Para qué y para quién

Me ha emocionado desde el profundo compartir la lectura de este álbum tanto con mis hijas como con mi compañero de vida: creo que se trata de un álbum muy profundo que con ligereza y serenidad toca temas profundos e universales, y por eso es eniquecedor compartir su lectura con las personas con las que hemos formado una familia, o con el grupo clase con el que compartimos nuestro día a día. Por su estructura es muy fácil de leer ya desde los 3 años, pero hermoso de disfrutar en todo momento. Para qué negarlo: ¡me ha enamorado!

En la Cuentería Jaime ya ha encontrado su lugar: si lo queréis y queréis sostener este proyecto de difusión de la literatura respetuosa solo hace falta hacer clic aquí!