Hay veces que no puedo esperar ni dos días para reseñar un álbum que acabo de conocer. Y esto es lo que me ha pasado con Ratoncita y el muro rojo, el último trabajo de Britta Teckentrup, autora del preciosísimo y bien conocido El árbol de los recuerdos.

Esta vez el foco de la historia son el miedo, la esperanza y la libertad, pero todo lo que se teje alrededor de estas emociones y de estos valores tiene cabida. Todo orquestado magistralmente por su autora, que con delicadeza y claridad al mismo tiempo, dibuja un camino que a veces podemos dudar que exista.

Ratoncita y el Muro Rojo
Autora: Britta Teckentrup
Editorial: Nubeocho

Edad recomendada: a partir de 4 años

Trama

Ratoncita y sus amigos viven en un lugar rodeado por un alto Muro Rojo. Ratoncita quiere saber qué es lo que hay al otro lado del muro y porqué se construyó. Lo pregunta a todos los animales pero ninguno de ellos sabe qué es lo que hay, pero aceptan la existencia del muro y creen que ese muro les protege de algo malo. Finalmente un pájaro aparecerá volando desde el otro lado del muro y Ratoncita le pedirá llevarla a conocer el otro lado del muro. Un mundo maravilloso, lleno de colores y de vida es lo que descubre y a la vez descubre que en realidad el muro rojo no existe y nunca ha existido. Uno a uno todos los animales serán capaz de cruzar el muro, venciendo sus miedos.

Contenidos y Valores

La capacidad que puede tener una historia breve de contar tanto, siempre me emociona. En este caso Britta Teckentrup ha conseguido condensar muchas reflexiones y sentires alrededor del miedo, de las cuales derivan muchas realidades y situaciones en las que personas de toda edad y de todo el mundo pueden vivir.

Como en el cuento de El perro Negro – otro imprescindible, centrado también sobre el miedo – es la más pequeña de todos la que se pregunta, la que investiga, la que es capaz de superar las barreras. Lo pequeño es capaz de vencer algo grande, lo pequeño y lo incorrupto, lo que aún mantiene toda su fuerza vital. La esperanza de que mejoremos como sociedad está en las manos de l@s niñ@s y de l@s jóvenes, que con su mirada pura, y con su vitalidad no aceptan las cosas como son, sino que quieren crecer, avanzar, mejorar, cuestionándose el orden establecido para ver si éste realmente tiene un sentido o si se ha establecido y aceptado por error.

Inevitablemente mi pensamiento ha ido también a la estrategia de seguridad anunciada por Donald Trump hace ya un tiempo, y que aún sigue siendo un planteamiento real y concreto, según la cual se quiere levantar un muro con la frontera de México. Aún no consigo encontrar palabras para definir esta bárbara idea. Instilar en las personas el concepto de que fuera de sus fronteras es donde reside el enemigo, fuera de sus lindes es donde se encuentra el peligro, me hace pensar que la humanidad en vez de dar pasos hacia adelante, va en dirección contraria… El real peligro es instilar este miedo, hacer crecer una xenofobia que solo puede perjudicar a quienes viven en ambos lado del muro.

Ratoncita cuestiona ese muro, su real necesidad, y quiere conocer lo que hay detrás del muro. El pájaro azul que la acompañará en este viaje al otro lado, es un pájaro que nos recuerda la paloma de la paz y que con su color, en pleno contraste con el rojo del muro y con todo lo que se encuentra en el mundo cercado de Ratoncita y de sus amigos, nos hace presentir la frescura y la libertad que se respira fuera de esa barrera de ladrillos.

Ratoncita no solo descubrirá un mundo maravilloso y diverso, sino que descubrirá que ese muro nunca ha existido y es en las mentes de los mismos animales que ese muro perdura y se hace infranqueable.

La simbología del muro es amplísima. Representa cualquier obstáculo que podamos construir con nuestra propia consciencia, con nuestros propios miedos, una separación que en un principio levantamos como defensa, pero que se convierte en las más tristes de las cárceles, porque nos impide vivir nuestra vida en plenitud, acorralados por miedos que nos paralizan y que no nos permiten conocer, explorar, sentir.

La figura que más me ha impactado ha sido la del león. A este animal es a quien más le costará cruzar el muro, darse cuenta de su ausencia. Identifico en este personaje la pérdida de toda esperanza, la depresión. El ver que él también conseguirá vencer sus miedos y valorará el gesto de intentar salir de su situación me parece un mensaje de una fuerza increíble.

Ilustración

La autora combina a la perfección texto e imagen haciendo aportar sentido al uno y al otro. Los colores grisáceos y as formas geométricas rígidas, llenas de aristas, se reservan a la creación del mundo dentro el muro, mientras que colores brillantes, vivos, dorados, azules y formas irregulares con curvas y llenas de vida, representan el mundo exterior. Un mensaje visual absolutamente claro y bien elegido. Aunque sin duda lo que más me ha impactado ha sido la fuerza de la portada, que en si misma resume el mensaje de todo el álbum: al abrir el libro atravesamos el muro, como si este realmente no existiera, porque el muro realmente no existe. 

Para qué y para quién

Un álbum sin edad, que cualquier persona que se encuentre en un momento de bloqueo, de depresión, de rendición sentirá como un bálsamo para sus heridas emocionales. Una historia que nos habla de la esperanza, de la capacidad de enfrentarnos a las dificultades, de creer en nuestras ideas por encima del apoyo que puedan, o menos, ofrecernos los demás. Un álbum que alaba la diversidad, la policromía, la apertura hacia el otro, la confianza en uno mismo y al conocimiento en si. Un álbum que nos invita a cuestionarnos y a mirar con vitalidad a nosotr@s mism@s, con las ganas de gozar de la belleza que reside en la vida.

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