No quiero ser rey es la última joya nacida en casa Canica Books. Este álbum lleva la firma de Margarita del Mazo, una de las autoras más interesantes del panorama español, que consigue transmitir mensajes muy potentes, con textos ligeros y desenfadados. El título de este libro ya nos da una pista de su historia, vamos a verla en el detalle.
No quiero ser rey
Autoras: Margarita del Mazo, Yael Frankel
Editorial: Canica Books
Edad recomendada: a partir de 3 años
Trama
El príncipe Luis era el hijo del rey y de la reina. Desde que era bien chiquitín, cada vez que pedía algo siempre se le satisfacía. Pero los reyes nunca tenían tiempo para dedicarle y jugar con él. El príncipe Luis entonces hizo de sus lápices y sus dibujos las herramientas para vivir feliz en esa soledad, rechazando las obligaciones típica de un príncipe, como la de aprender el uso de las armas. Un día, frente al ataque del enemigo, los reyes están bien preocupados porque saben que su hijo no podrá ayudarles para preservar el reino. Pero no saben que será justo él, con su arte, que salvará el reino, y sin pasar por ninguna guerra.
Contenidos y valores
Cuando este cuento llegó a casa, no tuvo una acogida tan fantástica como otros. Las ilustraciones les parecieron muy raras a las peques, y la historia no tan fácil de entender. Pero justamente por esta razón abrió en ellas el gusanillo. Era algo más complejo de lo que se esperaban, y este desafío les gustó.
“¿Qué cuentos te apetece leer esta noche Serena?” “No quiero ser rey”. La misma pregunta y la misma respuesta se han repetido durante 5 días seguidos. Y cada noche eran 3 lecturas del mismo. Después de estas 15 lecturas Serena y yo hemos llegado a la conclusión de que No quiero ser rey es un álbum precioso.
De a poco hemos ido conociendo al personaje de Luis, con el que Serena ha ido estableciendo cada vez nuevas analogías. A cada lectura la veía siempre más interesada en entender su vida, su situación y sus emociones. Empatizó con él cuando me dijo: “a mi tampoco me gusta cuando papá y tú trabajáis mucho”.
De allí se ha abierto un diálogo sobre las obligaciones, las que son inevitables, y las que madres y padres nos cargamos sin una efectiva necesidad de que así sea, solo por nuestros prejuicios y preconceptos. Dialogar sobre estos temas con mis hijas, sobretodo con Serena que es más chiquitina, siempre me hace ver la realidad de una manera más directa: la ausencia de pre-ocupaciones en l@s peques les ayuda a mantener una medida real del mundo en el que viven y de ell@s mism@s con respecto al mundo.
Y esto es un poco lo que hace Luis. Él registra las que sus padres muestran como necesidades, pero no las asume como suyas. Él se deja a si mismo libre de sentir cuál es su necesidad y la mantiene a lo largo de todo el cuento y de toda su vida.
El arte es el medio expresivo y vital de nuestro pequeño príncipe, que no quiere vivir en el afán de protección del reinado, sino en el disfrute de la vida, en el autoconocimiento que logra a través del arte. La pintura será su arma, para vivir la vida, para enfrentarse a los peligros y a los problemas, sin vivir la presión de una lucha y de la presencia de un enemigo. Lo que tendrá en cuenta Luis es la presencia de si mismo a si mismo.
Al igual que l@s niñ@s hacen alrededor de los 2, 3 y 4 años, Luis usa la negación de lo que no quiere ser para afirmar su identidad.
Finalmente veremos que es en el disfrute, en su alegría, en su expresión artística y emocional que Luis salvará su reino: dejando de lado la corona, y las que se reconocen como las obligaciones regales, podrá ser el rey que él mismo y su reinado necesita.
Un mensaje que va a sostener la importancia de tener un autoconcepto correcto de uno mismo y una buena autoestima que lo acompañe. una historia en la que se nos invita a la comprensión de cual es nuestra verdadera identidad, cuales son nuestras competencias y nuestras habilidades. Y conocerlas no es en si mismo un fin, sino que es el medio para poder vivir una vida plena y en coherencia.
Ilustraciones
Como os comentaba al principio de la reseña, las ilustraciones de Yael Frankel inicialmente han sido “difíciles”. Es un estilo al que las peques no están acostumbradas y les ha obligado un poco a salir de otros modos de la representación de la realidad que les son más familiares. Pero a la vez este estilo le ha causado curiosidad: una vez más me he dado cuenta de que proponer álbumes ilustrados que tienen variedad de estilo en la imagen, significa ofrecer literatura respetuosa.
Con estas ilustraciones de Yael Frankel hemos descubierto otra forma de pensar la geometría, la relación entre los colores, y también hemos disfrutado mucho de sus puntos de humor que podemos ver ya desde la portada del álbum ;)
Para qué y para quién
Este cuento lo he recomendado a partir de los 3 años, pero quiero subrayar lo adecuado que lo veo para adult@s y sobre todo para madres y padres. Sobre todo por la crítica que se hace al tiempo que corre y que empleamos para defender nuestro territorio y nuestro estatus quo, dejando de lado el disfrute de la vida, los afectos, la magia de nuestro ser, la belleza del mundo y del arte.
No quiero ser rey ha llegado a La Cuentería hace ya unas semanas para quedarse ;)
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