Hace poco más de un año conocí Camino García a través de su primer libro, o como ella lo llama, el librín, Para siempre, y me impactó por su capacidad de conjugar la sinceridad con el respeto emocional. Mi Edo es su segundo libro, donde Camino se ha propuesto abordar una de las emociones básicas del ser humano, el miedo, dándole un enfoque similar al de Para Siempre, animándonos a conocerlo y aceptarlo.
Mi Edo
Autor@s: Camino García, Marco Recuero
Editorial: Camino García Editora
Edad recomendada: A partir de los 4 años
Trama
Mi Edo, así Ki, el niño protagonista de este cuento, define ese ser que habita en su interior y que le acompaña en sus vivencias diarias. Ki descubre gracias al diálogo con su madre, y luego por si solo, la importancia de hacer que Mi Edo forme parte de su vida, ya que no solo se encarga de procurar sensaciones desagradables, sino también de alertar y proteger frente a situaciones de peligro.
Contenidos y Valores
Cuando recibí Mi Edo no lo leí en seguida. Esperé a tener una tarde de calma, quería mucho tiempo a disposición sabiendo que no iba a tener interrupciones. Nada mas terminé de leerlo pensé: necesitaré también mucho tiempo para poder reseñar este libro. Ese pensamiento nació de la intensidad y de la multiplicidad de mensajes que su autora ha conseguido encerrar en esa historia.
Hablé con Camino para compartir con ella mis sensaciones, y ella entendió en seguida a qué me refería. Me comentó que para ella misma fue en cierta medida duro cerrar esa historia, saber poner un cerco a esa emoción tan grande que abarca tantos estados emocionales que de esa misma se originan. Y sí, porque del miedo depende gran parte de nuestra vida, para bien y para mal. Y es precisamente en este mensaje que se centra el libro y que intentaré desgranar para que veáis el gran fondo que tiene el trabajo que nos entrega Camino.
Ante todo creo que este libro rompe con un estereotipo conceptual sobre las realidades emocionales, según el cual existen emociones positivas o negativas, emociones que es mejor alejar de nosotros para asegurarnos una vida serena y plena. El miedo suele identificarse como algo negativo, algo que hay que negar con firmeza y decisión. Esta forma de censura emocional es algo que viene de lejos, y que aplicamos en nuestra vida y en la educación que damos a nuestr@s peques de forma automatizada.
Romper con este cliché, dejar de tapar nuestras emociones más conflictivas y dolorosas y que más nos requieren un esfuerzo de comprensión de nosotros mismos así como de nuestro entorno es lo que cuesta. Aunque a la madre de Ki no parece costar. Esto acontece porque ese personaje representa un acompañamiento emocional ideal que puede ofrecer un adulto a un niño. Representa la seguridad y la sinceridad, la presencia sin engaño que toda madre debe de representar para su hijo.
No he podido evitar ver reflejada en esa mujer la misma autora del libro que tiene una ventaja sobre muchas otras madres: su profesión de psicoterapeuta le ha permitido investigar de forma directa e indirecta sobre el mundo emocional de grandes y pequeñ@s, pudiendo tener una visión global de como nos relacionamos frente a lo que sentimos. Y es ese profundo conocimiento que guía, como un sutil hilo invisible, el planteamiento del libro: entender nuestro movimiento emotivo, no censurarlo, permitirlo, dialogar con nuestras emociones para descubrir porqué se dan y en cuales casos se están desbordando y en cuáles otros están siendo el mejor cauce en el que vivir nuestro día a día.
La lectura de Mi Edo se ha casado a la perfección con otra lectura en la que llevo inmersa unos cuantos días: el ensayo sobre Neuroeducación de Francisco Mora. La emoción se configura como base de nuestro aprendizaje porque nos permite discriminar personas, actos y acontecimientos como dañinas o como favorables a nuestra vida. Mi Edo es una de esas espías, un consejero primoroso que habita en nuestro interior y con el cual podemos dialogar para crecer en el entendimiento de nuestro proprio yo y de lo que nos rodea.
En este cuento nuestra autora ha recurrido a varios artificios para poder acercarnos un discurso tan complejo (por lo menos a nivel de dinámica inconsciente) y permitirnos su entendimiento. Para empezar el miedo aparece personificado.
Mi Edo es la escisión de la palabra miedo en dos partes que adquieren por esta misma división un sentido distinto. “Edo” es un nombre de persona que ayuda a construir la imagen de un ser por encima de lo que quiere representar, mientras “Mi” indica la propiedad de esa identidad, algo que me pertenece, que es solo mío y que no se puede comparar con lo que otros tienen. Pero el juego de palabras creado por Camino no acaba allí. Si probamos a pronunciar la palabra “miedo” y “Mi Edo” podremos notar como en el segundo caso seremos más delicados, cuidando esas dos palabras porque son algo mío, una parte de mi a la que querer, tal como haría con todas las partes que me componen. Esa apropiación del miedo lo define y lo contiene, introduce en si misma una limitación, y una capacidad de control sobre esa emoción y su existencia. Es una herramienta fundamental para poder entender la positividad de su existencia, la gratitud que le debemos a su operar dentro de nosotros mismos.
Somos capaces ahora de no rechazar al miedo, sino de reconocerle su lugar en nosotros, de entender que el miedo no es malo. El miedo es esa parte de MI que me alerta, que me pone en atención, para que pueda estar presente con todas mis capacidades frente a lo que acontece.
Este trabajo sobre la palabra y la apropiación de la emoción a través de ella – maravilloso el trabajo de Camino también en este sentido – permite a Ki , y por ende a nosotr@s, no querer ya que Mi Edo desaparezca, sino que esté con nosotr@s, dándonos esa seguridad y tranquilidad que todos buscamos a través de la cercanía con seres queridos que sabemos querer nuestro bien. Así se configura Mi Edo. Y al igual que con las personas que nos quieren que a veces nos sobreprotegen y nos ahogan con excesivos consejos y presiones, deberemos ser capaces de poner los justos límites, que nos permitan ser y no depender. Este es el trabajo al que venimos llamados en nuestra viday esto es lo que nos recuerda Camino: entender el límite, definirnos como personas en cada momento, respetando nuestro mundo emocional, nuestro espacio físico, sabiendo hasta donde podemos exigirnos sin llegar a machacarnos, sabiendo hasta donde nuestros actos son seguros y no nos perjudican ni a nosotros ni a los demás.
El segundo recurso que la autora ha utilizado para permitir esa exploración emocional ha sido el del cuento dentro del cuento. Cuando Ki pregunta a su madre qué pasa con Mi Edo, ella utiliza un cuento para poder explicarle la situación que Ki mismo está viviendo. Gracias a la doble identificación que nos propone esta lectura, Camino ha conseguido salir de la didáctica y entregarnos una historia con un peso emocional, que permite esa exploración individual en el imaginario emocional de cada lector.
Esta conclusión no llega por intuición, sino porque he podido apreciarla con mis mismos ojos compartiendo la lectura de este libro con mi pequeña Serena, de 5 años y medio. En cuanto la madre de Ki ha presentado la historia del ratón que no tenía miedo a nada, Serena ha entrado de lleno en las páginas del libro. Pero al finalizar esa historia en la historia no se ha sentido desplazada, sino que ha seguido con interés todo los planteamientos de Ki y de su madre: ya se habían convertido en dos personajes con los que compartía algo importante, algo que tenía mucho que ver con ella.
Otro elemento que me ha gustado mucho de Mi Edo es su construcción en dos partes.
En una primera parte es cuando Ki dialoga con su madre y hablan juntos de Mi Edo. Est parte tiene un poco la función de introducción y nos permite empezar esta investigación de forma relajada gracias a la seguridad que desprende la figura de la madre, rebajando un poco el impacto que podría hacer en nosotros Mi Edo.
La segunda parte es constituida por reflexiones del propio Ki sobre el miedo. Ki ha adquirido la seguridad necesaria para poder empezar a pensar por si mismo en Mi Edo. No necesita siempre el acompañamiento de su madre: poco a poco, escalón a escalón (otra simbología acertada que aparece en el libro), Ki va pudiendo mirar cara a cara a Mi Edo sin verlo demasiado grande como para enfrentarse a él sin sentirse sin posibilidad ninguna de gestionar la situación.
Un mensaje fundamental que reconoce la necesidad del acompañamiento emocional en los pequeños, mostrando como es precisamente gracias a este acompañamiento que los peques serán capaces de adquirir por ellos mismos la capacidad de enfrentarse a cada situación, siempre en la justa proporción con su madurez. Un concepto que está a la base de una crianza respetuosa.
Ilustración
Marco Recuero vuelve a ser el compañero de aventuras de Camino, después de Para Siempre. Y en este caso creo que su trabajo ha sido aún más poderoso que en su colaboración anterior. Los rasgos del personaje de Mi Edo, la posición de sus ojos, la exacta proporción de blanco y negro que expresan el ir con cuidado, la observación, la prevención… Me ha parecido increíble!
Para qué y para quién
Un libro sin edad que nos permitir mirarnos al espejo dejando caer poco a poco todas las máscaras que hemos ido llevando a lo largo de nuestra vida. Un libro que se propone como una mano tendida para recurrir juntos un camino que tiene como meta final la verdad, la verdad de nuestro yo, la aceptación de nuestra persona que reluce perfecta tal como es, una vez liberada de todos las construcciones e introyectos que ha recibido y aplicado a lo largo de su vida.
Un libro para crecer, para conocerse, un libro para experimentar una nueva forma de verse y de sentirse. Un libro para leer juntos con nuestros pequeños y descubrir nuestra infancia y los miedos que desde entonces han sido rechazados, tapados, ignorados, negados. Un libro para acompañarnos en un camino hacia nuestra libertad emocional.
Mi Edo lleva ya un tiempo en La Cuentería, pero si acabas de descubrirlo te dejo aquí el enlace directo para pedirlo.
Espero que la reseña de Mi Edo te haya gustado y te haya sido de ayuda para poder entender el enfoque de este libro y su gran profundidad!