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Editorial Tragamanzanas – entrevista monografía y promo

tragamanzanas

Como te comentaba ayer en el resumen de reseñas de la semana (puedes leerlo aquí si te lo has perdido), para hoy tenía preparada una gran sorpresa. Como cada lunes te invito a conocer más a fondo algunas de las personas que se encuentran detrás de álbumes ilustrados que tanto nos fascinan, y hoy tengo el honor de hablaros de las dos mentes geniales, irónicas y tremendamente creativas que están detrás de la Editorial Tragamanzanas: Sara Nicolás y Óscar Rull. Sara y Óscar son compañeros de vida, y firman junt@s los cuentos que editan. Una pareja de arte que ha dado vida a un universo de historias de gran calidad literaria y que se custodian ya en much@s hogares y coles.

El post de hoy está dedicado a descubrir su labor como escritor@s, editor@s y también encuadernador@s, puesto que se encargan incluso de esta parte de la producción de sus libros.
Junto con la entrevista he preparado una monografía donde te hablo de todos sus cuentos que además podrás pedir DEDICADOS por ell@s mism@s a lo largo de toda esta semana.

Y con esto no es todo. Aunque hoy hable de ello, mañana te contaré mucho más sobre su última co-creación en colaboración con Aislados: el calendario perpetuo anual de inspiración Montessori – Waldorf. En casa estamos teniendo una experiencia fenomenal con él y quiero compartir en qué marco lo hemos encajado con nuestra filosofía educativa.

Empecemos con la entrevista, pero te advierto: ¡una vez empieces a leerla no vas a poder parar! Sara y Óscar no solo escriben genial, sino que lo que cuentan de ell@s es tremendamente interesante. Así que cafecito o infu a la mano y a empezar!


-¿Cuándo entendisteis que escribir historias era vuestra pasión?
Sara: En mi caso fue desde pequeña. Como fui una lectora voraz no era fácil saciar mi sed lectora, así que cuando terminaba un libro y me quedaba con ganas de más –algo que ocurría muy a menudo–, solía ponerme a escribir otros posibles finales, aventuras alternativas, utilizar a los personajes para otros cuentos… pequeñas narraciones que no eran más que un juego, una forma de seguir leyendo. Pero pronto descubrí que aquello me divertía muchísimo, y me aficioné. Por lo tanto más que una escritora yo fui, y quizás siga siendo, una lectora en un continuo estado de insatisfacción.

Oscar: Yo nunca he sido un lector voraz, ni he escrito desde pequeño ni nada de eso. Para mí, tanto leer como escribir han respondido siempre a una necesidad de conocimiento, de aprendizaje personal y lenta digestión. No me atrevería a asentir que escribir historias es mi pasión (¡menuda responsabilidad para con el lector!) pero sí lo es vivir apasionadamente la verbalidad. La casualidad es la que, en este momento de mi vida, hace que la plasme en forma de historias escritas. Y es altamente gratificante, adictivo: todo un desafío. Para mí la literatura es un vehículo muy concreto para saciar una necesidad verbal que me acompaña continuamente, las 24 horas del día. Ni os imagináis el alto concepto y valor que tiene para nosotros el arte literario. Creo que nuestra devoción solo la supera nuestra pasión (ahora sí te pido prestado el vocablo) por las buenas historias.

¿Qué inspira vuestras historias?
Tal y como comenzó Tragamanzanas, la mayoría de nuestras historias las inspiraban niños reales. Los padres nos contaban detalles del peque y nosotros desarrollábamos una historia a partir de los mismos, siempre con el denominador común de que debía convertirse en un cuento y nunca en una mera biografía. Así nacieron personajes como Eloy, el dinosaurio (“¿Qué le pasa a la luna?), el joven pirata Juan (“Capitán Grampus”) o incluso la divertida mosca Carmen (“Un animal mágico”) inspirada en una graciosa niña de tres años que adoraba a un caballo llamado Tritón, pero del que no podía soportar que siempre estuviera lleno de moscas. La idea primigenia en Tragamanzanas acabó por convertir a niños reales en personajes de cuento, que pasaron a formar parte del mundo de Fantasía, por así decirlo.

Aunque actualmente mantenemos la base de esta idea con los libros personalizados, las historias ya no se inspiran en niños, surgen de una forma más espontánea pero exigente y de los lugares más variopintos. En realidad llegan como un estornudo: en cualquier momento y lugar. Si tienes suerte estornudas y atrapas la idea, y sino ésta se marcha dejándonos con cara de bobos: boca abierta, picor en la nariz y la certeza de que has perdido algo que hubiera sido genial. Lo que sí os aseguramos es que buscamos tanto la complicidad como la sonrisa del niño, nunca aleccionarles; para las conclusiones ya están ellos como lectores.

Muchos de vuestros libros tienen doble autoría: ¿cómo es el proceso de creación entre los dos? ¿Hay alguien que tiene más la idea y otro que la plasma más en el papel o todo el proceso de creación es compartido?

Es un proceso complicado y no hay un método, o al menos no en nosotros. Quizás, por decir algo, uno tenga la idea y, si encuentra el tono, la escriba de corrido. Entonces el otro se limita a hacer de corrector, de apoyo, de editor. Esta es la mejor de las formas, pero la menos común.

Lo normal es que cojamos una idea y nos sentemos los dos con la intención de desarrollarla, lo que suele ser un proceso largo y a menudo desesperante y multifase: ilusión, lluvia de ideas, múltiples sugerencias, propuestas desechables, debate, discusión, goteo de ideas, silencio, más silencio, dudas sobre nuestra propia existencia, silencio otra vez, rendición, otra lluvia de ideas y finalmente el cuento surge. Entonces todo es entusiasmo y jolgorio (al menos hasta que al día siguiente leemos el cuento y, quizás, todo vuelve a empezar). Somos cómplices de una creatividad caótica de la que, por suerte, solo os llega el resultado.

Nos reconocemos terriblemente lentos y quisquillosos con la creación, así que cada cuento lo vivimos como un parto; a veces cuesta, pero vale la pena.

– ¿Cómo nació la idea de crear cuentos personalizados? ¿Qué es lo más importante del proceso de personalización?
La idea nace de una teoría literaria que a ambos nos fascina: la estética de la recepción. Con mucha parquedad y poco detalle viene a decir que en la literatura el lector no es un ente pasivo que simplemente recibe el texto, sino que a través de su participación e interpretación crea y transforma la historia, me explico: si nadie lee “Caperucita Roja” ésta no irá al bosque, y además Caperucita será en la medida que su lector la interprete: quizás una niña intrépida, quizás una desobediente… cada uno vivimos nuestra propia historia.

Partiendo de esta idea pensamos que sería bonito que los niños vieran, de la forma más gráfica posible, cuál es la magia de la literatura y de ser lector: ser parte de una historia. Y para ello los convertimos en los protagonistas de la misma. Al comienzo, como contábamos, creando una historia a su medida, y actualmente introduciéndolos en textos ya confeccionados, pero de una forma muy especial, esto es, reescribiéndola con todos los datos que nos den, haciendo que la aventura sea solo la suya.

Lo más importante en el proceso es recabar cuánta más información mejor, tratar de conocer al niño y reescribir esa historia de una forma coherente y literaria, sin datos metidos a calzador o incoherencias. El niño y sus características han de encajar perfectamente, como un buen personaje en una buena historia. Eso es lo más importante y también lo más gratificante de conseguir: no deja de ser el mismo juego al que Sara jugaba de pequeña.

– Vuestra editorial es también taller, ya que os encargáis de la encuadernación de vuestros libros. ¿Cómo decidisteis asumir vosotros mismos esta parte de la producción física de vuestros libros? ¿Por qué preferís llevarla a cabo vosotros y no delegar este trabajo a una imprenta?

Somos autores y editores, y eso impregna a la editorial de una profunda relación con la autopublicación.

Cuando nace el proyecto de Tragamanzanas ambos tuvimos claro que controlar todo el proceso editorial que rodea la publicación de un libro nos haría entender mejor ese proceso y eso repercutiría en la calidad final de lo que os llega a casa, a las librerías, a las bibliotecas… Es ahí donde optamos por adueñarnos de todo ese proceso, incluida la encuadernación. Todos y cada uno de nuestros libros pasan física y creativamente por nuestras manos y ello confiere un punto humano y necesario a lo que hacemos.

Esta forma de publicar, si bien es cierto que nos da un carácter distintivo del que nos sentimos muy orgullosos, no es algo que sea imprescindible para nosotros. Pero, por lo pronto, y a causa de la dificultad económica que implica cualquier proyecto editorial, lo mantendremos hasta que la necesidad de seguir creciendo nos lleve por otros derroteros. Seguiremos durmiendo poco mientras el cuerpo aguante.

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Como lectores ¿qué es lo que buscáis en un álbum ilustrado? ¿Cuál es el ingrediente que no puede faltar para que os guste?

Sara: Una buena historia, que esté bien escrita y haya literatura en ella (no una simple narración gramaticalmente correcta). Que además me permita ser parte de dicha historia y me invite a sacar mis propias conclusiones. Y siendo un libro álbum, unas ilustraciones que me gusten y no solo acompañen, sino que cuenten.

Óscar: No voy a repetir lo dicho por Sara. Comparto plenamente esa visión del álbum ilustrado. Aunque personalmente tengo cierta debilidad por aquellos álbumes ilustrados que se nutren de una temática más universal y metafísica.

¿Por qué no compraríais nunca un álbum ilustrado? 

Sara: Evito los álbumes ilustrados que pretenden educarme/aleccionarme. Leo para jugar, para aprender moralidad ya están mis propias experiencias y conclusiones.

Óscar: Aquí también comparto un rechazo frontal contra todo aquello que denote el menor atisbo de dogma, que no deje pensar con la mayor libertad interpretativa posible. Creo que a los niños no les aporta nada y a mí me aburre soberanamente.

Vuestra última propuesta es el calendario perpetuo de inspiración Montessori Waldorf. ¿Cómo nació la idea?

Sobre el calendario perpetuo la idea no fue nuestra, en realidad. Fue una propuesta que nos hizo el equipo de Aislados (www.aislados.es) y que nosotros cogimos con mucha ilusión. Nos pareció muy atractivo utilizar el cuento “EL INVIERNO DE ESCANDIA” para enseñar a los niños, de una forma muy visual e intuitiva, el paso del tiempo. Vimos que la idea y la historia encajaban a la perfección, y que con ello podríamos ofrecer un nuevo producto muy interesante tanto para familias como para las escuelas. Ha sido un proceso largo pero muy divertido, y que además vamos a repetir, pues el equipo de Aislados ya está ideando un nuevo material con el cuento de “EL GUARDIÁN DE LAS LETRAS” y hasta ahí puedo contar.

– Pensando en tu infancia, ¿recuerdas cuál era el cuento que más te fascinaba?

Sara: Sí, mi cuento favorito y que nunca me cansaba de escuchar era “La flor de Lililá”. Es un cuento que, supongo, ahora sufriría una fuerte censura porque el plato fuerte es que dos hermanos mataban a su hermana a pedradas, pero a mí me fascinaba. Era un cuento que me arrastraba hasta los límites de mi mundo seguro, me llevaba a la peor de las posibilidades imaginadas (yo también tenía dos hermanos) para después, cuando las emociones eran muy extremas, devolverme a casa sana, salva y victoriosa; como un viaje en la montaña rusa. Y justo eso es lo que yo busco en la literatura, poder vivir los extremos, las sensaciones más intensas, o desconocidas, o imposibles, o alejadas de mí, pero hacerlo desde la seguridad de mi cama o mi sofá. Es como un bono de mil vidas gratis.

Óscar: Estas preguntas, Laura, son las que me hacen sudar. Nunca he sido capaz de ordenar mis gustos con preferencias. Como mucho te puedo decir los que más recuerdo y no en un orden concreto: “El zoo de Pitus”, “Kasperle”, “Un estiu a Rocagrossa”, “La tele boja”, cuentos populares… No tenía favoritos: si me gustaban, me gustaban por igual. Y no pidamos imposibles a una memoria, la mía, que brilla por ausente, jajaja.

-¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?

Pues tenemos muchos cuentos en el cajón que quisiéramos que vieran la luz, pero somos una editorial muy pequeña que además va a paso de tortuga. Así que nuestra idea, o lo que nos gustaría, es hablar con otras editoriales explotando nuestra faceta de escritores. Somos tremendamente creativos y nos apena que tantas historias se queden en el baúl solo porque nuestra imaginación es infinitamente más amplia que nuestro alcance. Llevamos tiempo hablando de esto, pero todavía no nos hemos lanzado, a ver si este otoño…


Qué maravilla de entrevista ¿verdad? Dan ganas de estirar el cafecillo a una comida o una cena para seguir conociéndoles más!

Pero vamos a hacerlo igualmente a través de sus historias, porque en cada una hay una parte de ambos.
Sara y Óscar han decidido dejar en abierto en su web la versión integral de sus cuentos, para que puedas ojearlos con calma antes de decidir si esa historia entrará a formar parte de tu biblioteca. Aún así os cuento mis impresiones y cuales son los que me han definitivamente robado el corazón.

Antes de preparar este monográfico dedicado a la editorial de Sara y Óscar, conocía la mayoría de sus cuentos pero no todos. Y estoy muy feliz de haber descubierto otras historias muy bien escritas y con un ritmo genial, de esas que enganchan. Empezaré con citar el que más me ha hecho reír de todos: El guardián de las letras, que brilla por su humor y por el movimiento que tiene la historia, tanto que nos lo contagia y nos hará mover el mismísimo libro del derecho y del revés para seguir la tremenda búsqueda del caracol que le toca a Adrián, el guardián de las letras, para recomponer la historia que el libro mismo contiene y que se desordena cuando nadie lo lee. ¡El final es redondo!

Otro flechazo ha sido El tesoro de Juáncana. Y aquí voy a hacer una necesaria premisa. En ocasiones me he encontrado a leer opiniones denigrativas sobre lo que se supone ser Literatura Respetuosa, ya que se cree que se trata de una literatura que no concibe la tensión narrativa, el miedo, la preocupación que puede desatar una historia, y que por eso todo cuento clásico queda excluido. Nada más lejos de la realidad. Literatura Respetuosa es literatura de calidad, que no usa las historias tradicionales para refugios moralistas, sino que tiene en cuenta su alto valor literario y simbólico, y que vela por la transmisión más auténtica de esa literatura. Por eso no os extrañe que me haya literalmente enamorado de Juáncana. Una historia en la que una niña que acaba de perder su primer diente (símbolo del pasaje de la infancia a la edad adulta) termina por enfrentarse con un temible ogro, Juáncana, a través de acertijos muy complejos y que consigue acertar. Una historia de crecimiento personal, de valentía, de capacidad de honestidad y confianza en un@ mism@. Toda basada en una leyenda Cántabra y que ofrece una versión del ratoncito Pérez que por fin explica el porqué se repartan monedas a l@s niñ@s que pierden los dientes de una manera absolutamente consecuente. Hubiese adorado esta historia en mi infancia, no me cabe duda. ¡Y con gusto le pondré remedio para compartirla con mis hijas!

El último descubrimiento ha sido doble. Por un lado el cuento El invierno de Escandia, y por otro lado el calendario perpetuo anual que han creado Sara y Óscar en colaboración con el equipo de Aislados y que acompaña este cuento en un pack genial. El cuento me ha encantado, y este también está basado en mitología pero en este caso nórdica, de hecho nuestro protagonista es un vikingo que tiene que enfrentarse  una misión vital para recuperar las estaciones y que no se quede todo sumergido en un invierno eterno.. Aquí también encontramos una estructura acumulativa, pero también seguimos la historia a través del ciclo de las estaciones: enganche absolutamente ideal para el desarrollo de lo que ha venido a ser el calendario. Pero de momento no quiero contarte más de este pack: mañana compartiré un post entero sobre ello enseñándote no solo cómo lo usamos, sino todo lo que ha empezado a organizarse alrededor de este calendario.

Estos tres maravillosos descubrimientos no son los únicos títulos que me encantan de Tragamanzanas. Sin duda le tengo especial cariño al primer cuento que entró en casa de esta editorial y que lo hizo en forma de cuento personalizado. Sí, porque en toda esta actividad creativa no se han dejado de lado la creación de historias personalizadas. Siguiendo el guión principal de sus cuentos, adaptan el texto personalizándolo con muchos detalles, hasta crear una historia que al leerla la niña o el niño sienten tan propia que les fascina doblemente. Nuestro cuento personalizado para Serena fue ¿Qué le pasa a la luna? En su día, hace ya dos años medio hice una reseña bien detallada (la encuentras aquí en el blog antiguo) porque la merece y mucho. Ahora leemos menos este cuento, pero de vez en cuando sí que aparece entre las peticiones de Serena, y cuando viene alguna amiga o amigo a casa lo enseña con un orgullo diciendo: “¿quieres ver mi propio cuento? ¡Es que es mío mío!”

Este mismo cuento ha sido editado en otro formato: el formato snack que mide 12 cm por 10 cm.  Una confesión: este es de mis recomendaciones top como detalle para los invitados a los cumpleaños que sustituye los insanos cucuruchos de chuches. Si no sabes de que estoy hablando estás a salvo: ¡sigue leyendo!

Junto con ¿Qué le pasa a la luna?, Sara y Óscar han editado un total de siete cuentos en formato pequeño, ofreciendo la posibilidad de regalar un detalle a un coste mínimo pero de óptima calidad y de tener siempre con nosotros unos cuentos que nos acompañan en los viajes y como no en los momentos de espera. Los otros títulos que forman parte de esta colección en tamaño snack son también muy chulos. Mención especial a dos de ellos. Un animal mágico, nos hace literalmente desternillar: desde la primera página te saca una risotada y a cada frase la diversión aumenta sin parar. El sentimiento de lo ridículo, el saber mezclar irónicamente dos personajes, como una mosca y un unicornio, que no comparten absolutamente nada trae como resultado un cuento para disfrutar a cualquier edad. El otro cuento que os quiero mencionar, no solo por ser cantado y rimado (característica que me pirra), sino por ser muy adecuado para celebrar la noche de Halloween: Stracciantella. Este cuento nos ilustra como preparar con todo detalle una receta de helado espeluznante, con pelusillas y babas de gusano.

Como habrás notado el ingrediente esencial que siempre encontramos en las historias de tragamanzanas es el elemento del humor y de la distorsión de la realidad, en la que suceden cosas que nos encantará vivir en la piel de los personajes de estos cuentos: kilos y kilos de Palomitas que invaden toda la ciudad, manchas que no paran de extenderse y de ensuciar todo lo que tocamos, búsquedas con amigos que terminan por llevarnos a sobrevolar en globo el mundo entero, y unos Reyes Magos desesperados porque no pueden entregar regalos a una niña que ha decidido no irse a dormir. Pero también encontraremos ternura y complicidad: pienso en primer lugar a ¿Qué le pasa a la luna? del que os he hablado antes que, a través de una conexión que casi tod@s l@s peques tienen con ese satélite, cuenta un momento de crecimiento de l@s pequeñ@s que sienten y deciden autónomamente cuando llega el momento en el que pueden separarse de su protección maternal continua para tenerla siempre cerca y disponible, en el momento necesario. Birlibirloque también es un cuento que, siempre pasando a través de acontecimientos extraños, como un espectáculo de magia donde todo desaparece, nos habla del duelo y de la separación a la que tenemos que enfrentarnos cuando una persona querida ya no comparte la vida con nosotros.

En conclusión: no perdáis la pista a esta editorial ni a Sara y Óscar: ¡su talento literario es indiscutible y su creatividad imparable!

Así que si aún no has elegido con cuales de sus cuentos quedarte cierra los ojos y elige al azar: ¡seguro que acertarás!
Recuerda: hasta el domingo podrás pedir todos los cuentos de la editorial tragamanzanas dedicados por Sara y Óscar aquí la web de la tienda. No quiero imaginar que maravilla de dedicatoria serán capaces de escribir! Yo tengo tres en mi lista. Dos ya os los he nombrado: a ver si mirando entre las portadas sabéis a cual más no voy a renunciar.

Mientras le vas dando vuelta no te pierdas el post de mañana: te contaré como usamos el calendario perpetuo que acompaña el cuento El invierno de Escandia y como lo hemos asociado a nuestro estilo de educación familiar y de crianza respetuosa.

¡Hasta mañana!

firma Laura

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