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Calendario anual y cuento de Tragamanzanas

Muy buenos días! Ya sé que estás esperando este post desde ayer, y me parece que tus ganas son más que legítimas. Si no sabes de que estoy hablando es que te has perdido el monográfico que publiqué ayer sobre la editorial Tragamanzanas donde te hablaba de ell@s con una entrevista la mar de bonita y de todos sus cuentos. Entre ellos hay uno un poquito más especial ya que han decidido ampliarlo creando un pack divino que incluye el cuento El invierno de Escandia y un Calendario Anual manipulativo de inspiración Montessori-Waldorf.

Hoy vengo a hablarte justamente de este pack tremendamente chulo y sobretodo del Calendario Anual, que se ha acoplado a la perfección a nuestro estilo de crianza y educación. Quizás sabrás que mientras Mirella estudia en el Instituto, Serena sigue con su etapa unschooling, así que vamos gestionando dos estilos de aprendizaje y de vida bastante distintos pero no incompatibles. Pese a las obvias diferencias que hay entre una realidad y otra, así como de una edad y otra, en casa nos sentimos plenamente responsables de la educación de ambas y somos perfectamente conscientes de que el aprendizaje se da en cada momento, en cada situación, siempre si hay un interés verdadero que anima el estudio.

Este es el punto clave que nos anima a introducir y proponer herramientas y proyectos a las peques: saber que pueden interesarles y sacar provecho de su uso, según el momento en el que se encuentran y su capacidad de autogestión de la herramienta misma.

El Calendario Anual entró en casa justo en el momento en el que Serena mostraba la necesidad de tener más control o claridad sobre la organización del tiempo y sobre la natural ciclicidad del mismo. El paso del tiempo es un concepto difícil de interiorizar para l@s niñ@s. Esto no nos debe preocupar en absoluto: terminarán por interiorizarlo, cada uno a su ritmo. Pero mientras no lo tengan claro es cierto que pueden sentirse algo perdidos cuando escuchan discursos y planes sobre lo que acontecerá en un tiempo determinado, simplemente porque no saben cuantificar el tiempo de espera entre el ahora y el momento al que nos referimos.

Así que este calendario manipulativo resultó ser es una herramienta muy útil para acompañar este proceso de comprensión e interiorización del tiempo.

Para introducirlo empezamos por leer el cuento El invierno de Escandia sobre el que se basa el calendario, con su personaje Ulke y su escenario. Así que ante todo voy a a contarte el argumento de este álbum: en seguida podrás ver su relación con el Calendario.

Ulke, un joven vikingo de cinco años, había sido elegido para velar a que el fuego que encendían en Escandia cada última noche de otoño no se apagara. Si se apagaría el gigante Ymir despertaría de su sueño y se instalaría un invierno eterno. Como fuera previsible el fuego se apagó y el gigante Ymir abrió sus doce ojos y se instaló el invierno. Ulke partirá en busca del gigante para volver a cerrar sus ojos. Conseguirá cerrar solo nueve de ellos. Tres se quedaron abiertos y es por eso que el invierno vuelve cada año pero dura solo tres meses.

Lógicamente este es un resumen mínimo y escueto del cuento que es tremendamente más rico en detalles y símbolos. Pero gracias a lo que te he contado puedes entender perfectamente como ha sido pensado el Calendario.

Todas las fichas de cartón se colocan con el pegamento de quita y pone: no deja mancha y es superfectivo

Para empezar se trata de un Calendario Perpetuo, eso quiere decir que no caduca y que lo podremos volver a utilizar año tras año. Está hecho en cartón duro con grosor suficiente a que no se doble, que sea resistente pero que no pese excesivamente. Se puede tanto dejar apoyado en la mesa como colgar. Nosotr@s hemos optado por colgarlo: nos resulta mucho más fácil manipularlo y además lo tenemos siempre a la vista.

Su forma circular es fundamental ya que permite hacer visual el concepto de ciclicidad del tiempo: siempre que acabe un año empieza otro y siempre tras una estación habrá otra y siempre en el mismo orden.

El círculo principal tiene varias divisiones. Las estaciones aparecen divididas a través de cuatro bloques de diferentes matices de color: tonos verdes para la primavera, amarillo para el verano, rojos para el otoño, azules para el invierno. Los meses se indican con los doce ojos del gigante Ymir, cada vez que pasa un mes tapamos el ojo con una moneda. Las semanas se indican añadiendo en el triángulo del mes en el que nos encontramos los cuadraditos que llevan la imagen de otros personajes del cuento.

Calendario perpetuo

Vamos guardando detrás los cuadraditos que esperan a ser colocados.

Los días van representados en el círculo más externo, señalados con los números del 1 al 31 y vamos marcándolos con Ulke montado encima de su fiel compañero Sleipnir. El ciclo semanal también está representado con el círculo que gira alrededor de Ulke y Sleipnir que puede girarse para indicar el día de la semana en el que estamos, aunque nosotras hemos decidido utilizarlo de otra manera, tapando cada día con un botón hasta completar la semana.

Nuestra versión con botones que tapan los dñias de la semana a medida que pasan.

Ahora que sabes más o menos como funciona el calendario te diré: una vez lo tengas entre manos te darás cuenta de lo intuitivo que es. Durante el montaje Serena y yo estuvimos súper atentas a ver cómo se iba construyendo e intentando enfocar cada aspecto del calendario. Cuando ya faltaban pocos giros de rosca para colocar Ulke y Sleipnir ya habíamos entendido todo el mecanismo.

A partir de allí poco a poco se ha ido gestando un rincón al rededor de la llegada del Calendario Anual: un rincón mensual. Lo que aparece en el rincón es lo que vamos creando, manipulando, conociendo a lo largo del mes.  Algunas son propuestas que les hago yo que propongo para secundar las necesidades que he visto surgir en las niñas, otras, la mayoría, propuestas e ideas que quieren desarrollar directamente ellas.

Como está estructurado el rincón mensual

A salvo del Calendario anual y del otro calendario de Pequeña y grande, el rincón está completamente vacío el primer día del mes. En ese día nos encargamos de preparar la guirnalda con el nombre del mes y colocarla. Verás que el nombre del mes escrito en mayúsculas: Serena ha empezado a reconocer las letras mayúsculas y sin agobiarla procuro que haya ocasiones en las que entrenar su aprendizaje.
Otro elemento que añadimos todos los meses es una pequeña libreta. Allí quien quiera puede anotar ideas, planes o reflexiones, lo que se le ocurra a lo largo del mes. Es como un diario común donde recopilamos todo lo que pensamos y vivimos. Al final del mes lo retiramos y lo guardamos.

Día tras día el rincón empieza a enriquecerse de las lecturas que hacemos y de los proyectos que realizamos. Yo me encargo de tener preparado un proyecto para cada mes. Este mes me inspiré en lo que estaba estudiando Mirella en el instituto: los planetas y el universo. Me resulta interesante compaginar el programa de Mirella con lo que hacemos en casa, porque ella lo hace desde una perspectiva muy poco manipulativa, sin embargo en casa tiene la oportunidad de vivenciarlo de otra manera y de compartir la experiencia con su familia.

A parte de este proyecto único, no me obligo a preparar otros sino a seguir los intereses de las peques. A principio de mes, por ejemplo, preparamos un tarro de orégano con Serena, ella escribió la palabra orégano, la pegamos en el tarro y luego pensó hacer algo más. Con las ramitas más duras que quedaron pensó confeccionar un saquito para perfumar su armario. Así que con aguja e hilo a la mano dedicamos un tiempo cada tarde  durante tres días hasta que el saquito estuvo terminado. Al terminar el proyecto, el resultado se puede dejar allí en el rincón o llevar al lugar donde ese mismo proyecto tenga un uso práctico.

Hace unos días, durante uno de nuestros paseos por el bosque recogimos tomillo para prepararnos infusiones. De momento aún no hemos separado las ramas: ese proyecto está en fieri y está allí en el rincón porque así nos ayuda a recordar que no está terminado. Otra ocurrencia que han tenido las niñas ha sido la de hacer slime casero. Allí veis el bote con el slime amarillo de Serena, Mirella ha decidido tenerlo en su cuarto.

Todo esto ha nacido a raíz del calendario. Es como si hubiera dado vida a una agenda en tres dimensiones donde tenemos la oportunidad de planificar y ordenar nuestras ideas.

Sin duda esto es el elemento que más destacaría del uso de una herramienta tan potente como la de este calendario: el ser un instrumento que pretende estar a la altura de l@s niñ@s, para que ell@s mism@s entiendan através de la práctica y de la experiencia el tiempo, su transcurrir, su ciclicidad y su gran valor.

El poner al alcance conceptos tan complejo, el esforzarse para buscar un camino a través del cual el niño puede desenvolverse de una forma autónoma es lo que nos hace referir a la pedagogía Montessori cuando hablamos de este calendario. Una pedagogía que siento cercana por muchos de sus aspectos.

Usar un calendario como este es como agacharse cuando hablamos con nuestros hijos o alumnos para que que nuestros ojos estén a la misma altura que los suyos y podamos así establecer una comunicación horizontal, donde nos encontramos en una condición de igualdad. Se trata de pequeños gestos que terminan por constituir una diferencia sustancial en las relaciones con la infancia y que marcan la diferencia en la autoestima tanto de madres y padres como de hij@s.

Igualmente podemos referirnos a la pedagogía Steineriana cuando usamos herramientas como este calendario. Sobretodo haciendo hincapié en la relación entre la naturaleza y el ser humano, identificando las épocas del año con colores determinados y con temperamentos concretos.

Pero de inspiración se trata. Sara y Óscar han elaborado un calendario que sorbe de estas dos corrientes pedagógicas, así como de la literatura, en la que viven inmersos, y de la lógica asombrosa que ha puesto a su servicio el equipo de Aislados.

Esta forma ecléctica de valerse de aportaciones que llegan de varias corrientes, ideas y filosofía para dar forma a propuestas nuevas, guiadas por el sentido común y la experiencia propias sin duda son para mi las más valiosas. De hecho es así mismo como se estructura nuestra crianza.

Me gusta leer y aprender de todas las filosofías vitales y corrientes pedagógicas, leo sin parar ensayos sobre estos temas desde que soy madre- hace ya doce años que investigo y practico a la vez- y creo que lo más valioso que he aprendido es la importancia de actuar en base a mi realidad particular, a no generalizar ni en la crianza ni en la educación. Si una herramienta es útil para mi familia entonces es valiosa, si no lo es simplemente la descarto. La coherencia del método sirve solo cuando se quiere masificar ese método mismo, llegando a convertirse en un peligro ya que por seguir las pautas que ese método marca, podemos dejar de hacer lo más importante en una relación de crianza y de acompañamiento: observar.

Este es el propósito de nuestro nuevo rincón: observar qué pasa en nosotr@s, qué nos interesa, a qué nos dedicamos, qué nos entusiasma. Es un trabajo de introspección muy grande que al llevarse al cabo desde la infancia genera una consciencia de nosotr@s mism@s muy profunda. Una consciencia que es el pilar sobre el que regir nuestra vida y las relaciones que tejeremos a lo largo de ella.

Si te has enamorado como yo de este Calendario Anual y de todo lo que puede originarse a partir de él, hoy estás de suerte: puedes pedirlo en nuestra tienda sin gastos de envío y además dedicado por Óscar y Sara. ¿Genial no? Puedes encargar tu pack de cuento más calendario aquí, pero no te lo pienses mucho: ¡solo quedan 8 ejemplares!

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